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jueves, 15 de julio de 2004

¿Herejía? Marcelo Nisinman reescribe obras de Piazzolla

De una nota de Natalio Gorin publicada en el diario La Razón y www.abctango.com Natalio Gorin es autor de Piazzolla-Memorias, con ediciones en español, inglés, alemán e italiano

Dicen que la historia se repite, dicen... A mediados de los años ’60 Astor Piazzolla grabó en dos LP’s su particular visión de la “Historia del Tango” dividida en dos épocas: Guardia Vieja y Romántica. Había una tercera destinada a compositores modernos pero por divergencias con el sello (Philips) nunca vio la luz. No eran aquellos los tiempos más favorables a Piazzolla. Esa “Historia...” fue bombardeada por la guardia pretoriana tanguera, lo que no debería extrañar: todavía hoy a muchos le cuesta admitir y digerir esos notables arreglos que Piazzolla elaboró para obras de Bardi, Arolas, Maffia, Laurenz, Cobián (entre otros) y hasta la mismísima “Cumparsita” de Matos Rodríguez.
¿La historia se repite? Acaba de aparecer en la Argentina un CD llamado “Homenaje al Tango”, y ahora es Marcelo Nisinman, un estupendo bandoneonista de 32 años, el que se anima con Verano, Otoño, Invierno, Primavera, o sea las Cuatro Estaciones Porteñas, más otro título clásico de AP, “Soledad”, vía un “Neubearbeitung uber” que va a despertar las iras (o no) de los fanáticos de Piazzolla: algunos, seguro, lo acusarán de “herejía”.
La llamativa palabreja, “Neubearbeintung”, es una expresión musical alemana (Nisinman está radicado a efectos de estudios musicales en la suiza Basilea) e indica una idea que va allá de un arreglo, es algo así como una reescritura del tema original..
El disco fue grabado en aquellos lares y para tamaña aventura Marcelo tuvo una muy buena idea: convocó a Pablo Agri (violín), Christian Zárate (piano) y Roberto Tormo (contrabajo) para que no lo dejaran solo en argentinidad y mugre tanguera y porteña. Detrás hay más violines, violas, cellos, todos ecuménicos, hasta totalizar una agrupación de 20 músicos europeos para grabar a Piazzolla.
La obra es de una intensa belleza sonora, pero también una apuesta de alto riesgo. Y es bueno que así sea. A Piazzolla le hubiera gustado tanta audacia, porque así era él, y porque en Punta del Este, en muchos veranos de los años ‘80, fue quien alentó a un entonces pibe, impulsando sus estudios a la par de le transmitía secretos del tango con el afecto de un maestro por su discípulo. Aquel pibe, hoy muy crecido en altura musical, era Marcelo Nisinman Hoy y a propósito de este disco él nos cuenta de “técnicas relacionadas con la música atonal, nuevas armonizaciones desprendidas de contrapuntos creados y de la deconstrucción temática de algunos temas”. Pero hay una noticia superadora: todo es parte del Tango.
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