
Oportunidad para el fortalecimiento de la vocación por la familia. La Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA, cuya finalidad es la promoción de los valores esenciales de la vida, invita a aprovechar la celebración del DÍA DEL PADRE para reflexionar acerca de la importancia que adquiere hoy -y siempre- el fortalecimiento de la vocación por la familia, respetando las formas que la misma circunstancialmente adquiera.
La relevancia de la figura paterna se potencia en la medida que ejerce responsable e integralmente su rol, y éste es reconocido y valorado por su propio entorno íntimo de referencia. No es sencillo en la actualidad ser padre, como tampoco lo es ser madre o hijos. Asistimos con dolor a un sinnúmero de agresiones que impactan negativamente en la familia en general y en sus miembros individualmente. La incertidumbre, la pobreza y la exclusión, la violencia en sus diferentes manifestaciones, la precariedad del empleo, la ausencia de expectativas y la esperanza disminuida conforman una combinación explosiva que lejos está de asegurar una genuina convivencia y la vida en armonía.
A lo anterior habría que agregarle un trastoque lacerante en la interpretación de cuáles son los valores fundamentales a los que se debería adherir sin desmayos ni confusión. A la vez, es necesario alejarse del riesgo que entraña el tedio de lo cotidiano, en cuyo marco a veces hasta la propia familia se oscurece.
El panorama, aunque complejo y neblinoso, no debemos considerarlo como un escenario estático o inconmovible. Por el contrario, la familia, núcleo central de la sociedad, tiene la capacidad permanente de motorizar cambios en la dirección deseada. La invitación, entonces, es a proponernos convertir el problema en una oportunidad para transitar una autopista alternativa. Hagámoslo con convicción y decisión por cuanto es un reto que merece ser enfrentado ya que también hace a la construcción de una Nación que quiere ahuyentar los fantasmas del desencuentro recurrente.
Cordialmente.
A lo anterior habría que agregarle un trastoque lacerante en la interpretación de cuáles son los valores fundamentales a los que se debería adherir sin desmayos ni confusión. A la vez, es necesario alejarse del riesgo que entraña el tedio de lo cotidiano, en cuyo marco a veces hasta la propia familia se oscurece.
El panorama, aunque complejo y neblinoso, no debemos considerarlo como un escenario estático o inconmovible. Por el contrario, la familia, núcleo central de la sociedad, tiene la capacidad permanente de motorizar cambios en la dirección deseada. La invitación, entonces, es a proponernos convertir el problema en una oportunidad para transitar una autopista alternativa. Hagámoslo con convicción y decisión por cuanto es un reto que merece ser enfrentado ya que también hace a la construcción de una Nación que quiere ahuyentar los fantasmas del desencuentro recurrente.
Cordialmente.
Eduardo Spósito Secretario Honorario |
| Osvaldo Pérez Cortés Presidente |
| Norberto Rodríguez Secretario General |