La Educación, ¿Realmente Interesa?
La celebración del Día del Maestro puede disparar un proceso reflexivo que nos aleje de la hipocresía, también en el campo de la educación.
Agotan nuestros oídos algunas afirmaciones que se repiten como cantinelas que escuchamos pero no tomamos debidamente en serio. Veamos algunas: “Hace falta un profundo debate de ideas para alcanzar un consenso amplio que permita trazar estrategias de largo plazo”; “El país y la sociedad tienen que ponerse de acuerdo en las grandes finalidades de la educación”; “Falta una visión de conjunto, estratégica, de las políticas educativas nacionales”; “Hacen falta políticas de Estado en el marco del proyecto del país al que se aspira”. Y así podríamos enumerar muchas otras expresiones que caen en el vacío de la inacción o de la omisión que, finalmente, implica una acción con una orientación no explicitada pero contundente en sus efectos.
Si se está de acuerdo en que el país necesita un proyecto estratégico claro e integrador, que incorpore en la reflexión y el debate al conjunto de la ciudadanía y si, además, existe conciencia de que la educación requiere de políticas de Estado que trasciendan los gobiernos de turno, la gran pregunta que sigue sin tener respuesta es: ¿por qué no ponemos manos a la obra de una vez por todas y nos elevamos por sobre el nivel del diagnóstico que muchas veces se torna estéril?
Podría suponerse que la educación es un tema del que se habla sin la convicción necesaria y mucho menos con la voluntad de asumir compromisos que permitan dejar atrás una crisis que se prolonga y cuyas consecuencias cada día son más gravosas. Un problema tan serio como el de la educación, al igual que otros, no se resuelve con frivolidad ni con medidas aisladas y desarticuladas entre si. Una vez más la grandeza vuelve a aflorar como un valor escaso que toda la dirigencia, cualquiera sea el ámbito y la responsabilidad que le competa, debe recuperar como actitud de vida y como programa de acción en la búsqueda del bien común. En tal sentido, respetuosamente, la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA invita a encarar el desafío de asumir conductas que abandonen prácticas que persisten y que ya suficiente daño le han causado a la Argentina.
Eduardo Spósito Secretario Honorario |
| Osvaldo Pérez Cortés Presidente |
| Norberto Rodríguez Secretario Genera |