La sociedad está reclamando de su dirigencia, en especial la política, la dosis de prudencia y racionalidad que recurrentemente suele extraviarse. Se genera una constante sensación de desasosiego y un descreimiento que aumenta en forma proporcional al estallido de conflictos que alteran la necesaria tranquilidad social.
Las organizaciones de la sociedad civil, entre las que la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA se siente parte activa, no pueden ni deben permanecer ajenas a lo que sucede ni son simples espectadoras de un paisaje que otros dibujan. Tampoco deben serlo los ciudadanos, habida cuenta que la democracia se fortalece a través de su compromiso y participación. No es saludable convivir con la inclemencia y el dramatismo de la conflictividad evitable. Es imprescindible retomar la senda de la cordura, el respeto de las instituciones, el diálogo en el marco del pluralismo de ideas, la definición de estrategias y acciones consistentes y la grandeza de asumir que los destinos del país y el bien común se deben privilegiar por sobre cualquier otro interés, sea este sectorial, partidario o individual. Enero 12, 2010.-
Eduardo Spósito
Secretario Honorario