El bicentenario del grito de libertad que como el eco se expandió por toda América del Sur constituye, además, un desafío que los argentinos y las argentinas debiéramos aprovechar y enfrentar con sinceridad y alejando del escenario todo vestigio de soberbia y egoísmo.
Es la oportunidad para el reencuentro fraterno, en un marco plural y de unidad en lo esencial: nuestra pertenencia a una misma patria que nos cobija y obliga a continuar su construcción con vocación y grandeza. La crispación, el rencor y el desmerecimiento y negación del prójimo, que tanto daño han causado históricamente a la convivencia social en la Argentina, debe dar paso a la madurez en las relaciones, basadas en el respeto mutuo, el debate de ideas y la búsqueda mancomunada del bien común que abra el camino a un nuevo amanecer. Y a este desafío todos estamos convocados, asumiendo individual y colectivamente el compromiso que nos corresponde. Por tal motivo, el mensaje de la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA es: “Animémonos a una convivencia fraterna”. Es una responsabilidad con el presente y, fundamentalmente, con el futuro de nuestra patria.