Socios con trayectoria y compromiso institucional
De La Boca a Ginebra
En 1968, a los 11 años, Eduardo Spósito ingresó a la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA. Su madre eligió la institución para “sacarlo” de la calle. Vivían en el barrio de La Boca y las travesuras del niño hicieron que su mamá quisiera para él otras compañías. Hoy es un ingeniero exitoso y manager regional de una gran empresa internacional.
Los martes, jueves y sábados Eduardo venía regularmente a la Asociación y participaba de las actividades de la entonces División Cadetes (hoy, área de Liderato, Niñez y Adolescencia). A los 15 años comienza a participar en la Escuela de Líderes y a trabajar mucho como voluntario. Se vinculó rápidamente a la comisión de Jóvenes de la institución y en muy poco tiempo ocupó la presidencia de la misma. Ya, para entonces, había descubierto las características más íntimas y distintivas de la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA.
En 1978, el secretario general le encomienda a Eduardo la dirección de la primera temporada de invierno del centro turístico YMCALIHUE, en Bariloche, que había sido recientemente adquirido por la institución. Fue el primer voluntario joven a quien se le confiaba tamaña empresa. Recuerda Eduardo que ese fue un invierno duro y las estufas no alcanzaban. Las que habían sido adquiridas quedaron en el transporte que debía trasladarlas desde Buenos Aires. Hoy es una anécdota y en aquél momento un drama.
Siendo muy joven comenzó su trayectoria internacional en la institución, siempre como voluntario. Fue elegido para integrar el Comité Ejecutivo de la Alianza Mundial de Asociaciones Cristianas de Jóvenes, con sede en Ginebra, Suiza, como uno de los representantes de América Latina. A la pregunta sobre qué le dejó la participación en la vida internacional de la YMCA, responde: “me dio una visión del mundo y experiencias que me permitieron ser lo que soy hoy. Me dejó amigos entrañables, historias inolvidables y un agradecimiento eterno a la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA”
Cuando se lo indaga acerca de las diferencias entre la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA y otras instituciones, señala: “yo fui muy afortunado porque conocí muchas cosas a través de mi vida con la institución. Creo que la gran diferencia que tiene la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA es que te forma a través de vivenciar muchos valores que otras instituciones no tienen. A la vez, la formación que te da la YMCA es compatible con lo que expresa su emblema: eleva tu alma, cultiva tu mente y fortalece tu cuerpo.”
Al interrogarlo acerca de la influencia de la YMCA en su formación, expresa: “siempre digo que soy lo que soy y actúo como actúo porque una vez me llevaron a la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA. La institución fue un pilar de mi formación; tan importante como el ejemplo de mi familia, los colegios y Universidades donde tuve la suerte de ir.”
Concluye diciendo: “la inmejorable chance que tiene la Argentina para volver a ser un país en serio, es que la transformación se produzca a través del liderazgo de las organizaciones sociales. No tengo dudas de que quienes experimenten la suerte de llegar a instituciones como la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA y comprometerse con sus valores, tienen muy cerca la posibilidad de liderar esa trasformación y hacer un mejor país para nosotros y para nuestros hijos. Pero para ello deben involucrarse. La Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA es el ámbito ideal para hacerlo.”