Socios con trayectoria y compromiso institucional
-De Pinzón y Patricios a Guardavida-
Alrededor de 1964, Elías trabajaba en un emprendimiento familiar de indumentaria deportiva en un local ubicado en Pinzón y Patricios, en el barrio de La Boca. Enfrente funcionaba una fábrica de guardapolvos cuyo dueño era un recordado asociado de la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA, participante regular de la clase de gimnasia y fútbol de los miércoles y viernes a las 18,20 hs en la sede central: Roque Naccas.
Roque, con el entusiasmo propio de quién brinda lo mejor a un amigo, convenció a Elías para que se integrara al grupo de fútbol de dicho horario. Así lo hizo, y no sólo disfrutó del juego y del grupo que se conformó, sino que también se animó con la clase de gimnasia con piano previa al fútbol. Para concluir la jornada un chapuzón en el natatorio principal de la institución.
Se siente orgulloso de haberse graduado a mediados de los años 70´ como Guardavidas e Instructor de Natación en los cursos que brinda la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA. Recuerda muy bien a su profesor: Oscar Carlevaro.
Elías tuvo una activa participación en otra importante institución social: el Club Atlético Sefaradí Argentino (CASA). Ejerció la presidencia durante el período 1976 al 1980. Allí impulsó diferentes actividades, entre ellas intercambios deportivos y sociales con la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA. También aportó su colaboración al Museo del Holocausto.
Además de haber concurrido con su familia en varias ocasiones a los distintos centros turísticos de la Asociación, aprovechando su participación en un curso para dirigentes institucionales en la Universidad de Tel Aviv tuvo la oportunidad de visitar la YMCA de Jerusalém (Estado de Israel). Esta experiencia lo ayudó fuertemente a comprender y consustanciarse con el sentido universal y plural de la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA.
Hoy, retirado ya de sus obligaciones laborales, disfruta cotidianamente con su esposa Evelyn de la rutina de la actividad física en los gimnasios y natatorios de la Asociación. No ceja en su afán de lograr reconocimiento a sus condiciones de cantor en el vestuario de caballeros de la sede central.
Cuando se le invitó a que comentara acerca de lo mucho o poco que le pudo brindar hasta ahora la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA, respondió: “miren, no es sencillo enumerarlo, pero les voy a contar algo íntimo que creo refleja por sí solo lo que siento por la institución. En un momento de mi vida, debido a problemas personales consulté a un terapeuta. En una de las sesiones me comentó que para salir de lo reiterativo de estar hablándole siempre de cosas tristes pensara algo lindo, que no fuera algún acontecimiento familiar, para trabajarlo en la próxima sesión. Al concurrir a ésta, le manifesté que lo más gratificante para mi era haberme asociado a la Asociación, donde pasaba mis mejores momentos. El terapeuta quedó tan impresionado que me pidió que lo llevara a conocer la institución”.