Alejandro Horowicz
Hay dos perspectivas críticas. Desde la primera se percibe la injusticia del mundo como injusticia contra la propia persona. Y se enuncia mas o menos así: como puede ser que después de tanto esfuerzo, de tanta capacidad potencial, no tenga la menor oportunidad de mostrarle a mis congéneres mi valía. En un mundo donde reinaran las formas mas elementales de justicia eso no sería así.Desde la segunda el acento no esta puesto en mi propia condición. No se trata de ignorarla, sino de sentirla parte de una injusticia mas abarcativa, mas sistémica y puede enunciarse de este modo: no importa como me vaya a mi en este mundo, cual sea mi suerte personal, la injusticia que lo organiza es tan potente que resulta intolerable.
La primer injusticia se resuelve cambiando de lugar en el mundo, mejorando el destino personal. En el momento que tal cosa pasa la hostilidad externa pierde su filo y la angustia su entidad. Mas aun, los problemas de los demás -por una suerte de lógica transitiva-, solo nos remiten a su falta de voluntad personal, a su desidia, a su vagancia. En última instancia lo que les pasa solo apunta hacia su responsabilidad personal.
La segunda injusticia nos obliga a entender la naturaleza de la sociedad en la que vivimos, a comprender su funcionamiento, a percibir que además de la inequívoca responsabilidad personal existe una poderosa lógica sistémica, y que cambiar el mundo requiere rehacer esa lógica.
Dicho con el filo de una fórmula: la verdadera perspectiva crítica requiere sustentar la sensibilidad con la inteligencia, el conocimiento con la voluntad. Entonces, critico es aquel que es capaz de cuestionar la sociedad en la que vive mas allá de su lugar en ella.
