Si bien mucho se alerta sobre la importancia de proteger la piel del excesivo sol, los recaudos tienden a desaparecer con la venida del verano y sus consecuentes tentaciones de tener un bronceado “a la mode”. Por cierto, nada quita que .tomando algunas precauciones podamos esta temporada combinar belleza, moda y salud.
Para ello, lo primero que debemos hacer es lograr un cambio en hábitos contraproducentes. No se trata de evitar ir a la playa o de cubrirse enteramente el cuerpo. Simplemente hay que evitar permanecer mucho tiempo expuesto al sol y elegir un factor de protección adecuado que tome en cuenta el color de piel, de cabello y de ojos.
Es sencillo de comprender que sin la piel el organismo estaría desprotegido. Por eso dada su importancia, se le debe brindar los cuidados necesarios para mantenerla sana y tener sabido que la exposición solar con su emisión de las radiaciones ultravioletas (RUV) que incluyen UVA y UVE, es el factor de riesgo imperante a evitar para prevenir el envejecimiento, las quemaduras solares y el cancer de piel.
No menos importante, es recordar que el daño producido por la RUV es acumulativo, progresivo e irreversible.
Van aquí algunos consejos para la exposición solar con protección:
01/Evitar la exposición en horarios del mediodía entre las 10 y las 16 hs.
02/Utilizar protector solar de amplio espectro (UVB- UVA) colocarlo 20 a 30 minutos antes de exponerse al sol y renovarlo cada dos horas o luego de un baño o transpiración excesiva.
03/Nunca utilizar un factor de protección solar menor de 15.
04/Colocar el protector solar en manos, pies, orejas, cuello, cuero cabelludo (en calvos) y especiales en labios.
05/Utilizar indumentaria adecuada: sombreros con ala ancha o gorras con visera, remera y pantalones de colores oscuros.
06/Utilizar anteojos oscuros con filtro UV.
07/El agua, arena y la nieve reflejan los RUV y por lo tanto hay que reforzar la protección; ésta debe ser muy estricta en los niños.
08/Luego de la exposición, hidratar la piel convenientemente
09/Por último, no deje de controlar su piel con su dermatólogo al menos una vez al año. Conocer los síntomas de una piel afectada siempre ayuda a una detección temprana. Estemos alerta ante apariciones que presenten asimetría, bordes irregulares, coloración diversa, diámetro superior a los 4-5 mm, elevaciones en superfice (aspecto en huevo frito), etc.