Premio Asociación Cristiana de Jóvenes - Ciudadanía y Valores
Discurso pronunciado por el Presidente del Directorio de la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA, Dr. Osvaldo Pérez Cortes durante la ceremonia de entrega del premio "Asociación Cristiana de Jóvenes - Ciudadanía y Valores" realizada el 6 de junio de 2005 en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Hoy nos reúne un acontecimiento que para la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA es especialmente significativo, y no dudamos de que es éste un sentimiento compartido por todos los presentes y por quienes nos han hecho llegar innumerables muestras de adhesión.
Nos disponemos a expresar un muy merecido reconocimiento a un grato amigo a quien la historia de nuestro país habrá de reservarle un lugar importante.
El premio “Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA-Ciudadanía y Valores” que en 2005 estrena nuestra institución fue definido hace escasos tres años en ocasión de su Centenario, celebrado en 2002, y se inscribe en su razón de existir: promover los valores esenciales de la vida, es decir, amor, justicia, paz y solidaridad. La mención tiene por objeto excluyente reconocer a personas e instituciones que con su accionar hayan contribuido de manera trascendente a la construcción de ciudadanía.
La Argentina, nación que desea dejar atrás las páginas más dolorosas de su historia contemporánea, tiene el enorme desafío de afirmar y demostrar que su democracia es sustentable. Es esta democracia, que se anhela ir alcanzando en plenitud, la que requiere más y más una ciudadanía activa, con acentuado espíritu crítico, constructiva y responsable, comprometida con el respeto del derecho y de las instituciones y con el logro del bien común. Es alentador comprobar que hay una creciente toma de conciencia sobre este imperativo, realidad que nos permite proyectar un horizonte de esperanza.
2001 y 2002, cercanos en el almanaque de este nuevo siglo, fueron años en los que sobrevoló con más fuerza que nunca el fantasma de la disolución social. Sería aconsejable que nadie olvidase lo acontecido, en todo caso como un reaseguro para evitar su repetición. En tal sentido, es bueno enfatizar que la fragilidad de memoria suele ser una pésima consejera en términos históricos.
La acción decidida de organismos de la sociedad civil, las iglesias, actores políticos responsables y el acompañamiento e impulso del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), hicieron posible que el incendio cuyas llamas amenazaban con propagarse peligrosamente no adoptará las características de mayor catástrofe.
En este contexto aparece de manera clara y contundente Carmelo Angulo Barturen, hoy apreciado Embajador de España en la Argentina y entonces Representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El embajador Angulo Barturen no se escudó en las restricciones que las prácticas de la diplomacia en otras oportunidades suelen imponer. Observó el riesgo que se cernía sobre el país y se decidió a actuar con firmeza y respeto, utilizando el diálogo como herramienta de persuasión y la prudencia para movilizar a otras conciencias con su ejemplo.
Y vaya si lo hizo, sin desmayos y dedicando muchas energías y recursos para que alumbrara la MESA DEL DIÁLOGO ARGENTINO, instancia que en medio del desconcierto reunió a un sinnúmero de organizaciones sociales, para que juntos, superando la cultura de la confrontación y la sospecha, fuéramos encontrando el camino de la concordia a través de cambios en la forma de hacer política y de abordar los más cruciales problemas que aquejan al país.
Olvidar la enorme contribución del DIÁLOGO ARGENTINO en aquellos momentos cruciales, al igual que los esfuerzos que continúa haciendo en el presente, sería una enorme ingratitud en la que los argentinos debemos evitar caer, inclusive por elementales razones de salud mental.
Por lo antedicho y mucho más, sobran los fundamentos y razones para justificar que el primer premio “Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA” le sea otorgado por mérito propio a Carmelo Angulo Barturen.
Estimado amigo Angulo Barturen, sienta el profundo afecto y reconocimiento de nuestra institución que hoy está celebrando sus 161 años de vida en el mundo, trabajando en 130 países y con más de 45 millones de miembros. Sabemos que estamos expresando también el reconocimiento de todo un pueblo que no olvidará la valentía y gallardía de su compromiso con la Argentina.
Dr. Osvaldo Pérez Cortés
Presidente
Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA
