-Usurpación y anacronismo colonial-
Esta fecha es propicia para recordarle al mundo que las Islas Malvinas son argentinas por legítimo derecho. 1833 es el año de la usurpación, anacronismo colonial ya expuesto por la Organización de las Naciones Unidas (Resolución 2065 del 16 de diciembre de 1965), que continúa. La citada resolución guarda íntima vinculación con otra aprobada el 16 de diciembre de 1960, que lleva el número 1514 y que expresa la imperiosa necesidad de descolonizar al mundo.
La hipocresía que frecuentemente rodea el campo de las relaciones planetarias hace que haya países a los que se condena sin hesitar y en base a la estricta y severa aplicación de las normas del derecho internacional, y otros que cuentan con la permisividad que otorga ser parte de la elite del poder mundial. Esa actitud, dual y a todas luces cuestionable en su esencia, hace que la credibilidad y confianza en los organismos internacionales decaiga sin solución de continuidad.
Hay varias preguntas que la comunidad de naciones podría hacerse con respecto a las Islas Malvinas. Por ejemplo: ¿por qué legitimar, en los hechos, la usurpación?; la usurpación colonial, ¿no es engendrar violencia y sembrar la injusticia en el orbe?; ¿qué diferencia existe entre la usurpación y otras manifestaciones violentas que conmueven al mundo y que son legítimamente condenadas y condenables?; ¿no deben ser los países que retóricamente propugnan la paz mundial, la vigencia del derecho internacional, la democracia como estilo de vidas y varios otros anhelos más, los primeros que deberían dar testimonio de lo que pregonan? La potencia usurpadora y los países que la apoyan se encontrarían en serios apremios éticos para responder estos y otros interrogantes.
Como cada año, recordamos a quienes ofrendaron su vida por defender una causa justa, aunque se cuestione la metodología utilizada. No olvidamos a los que lo hicieron llevados a sostener un propósito injusto. Para todos pedimos que la Paz del Señor esté con ellos y acompañe a sus familias.
Hay varias preguntas que la comunidad de naciones podría hacerse con respecto a las Islas Malvinas. Por ejemplo: ¿por qué legitimar, en los hechos, la usurpación?; la usurpación colonial, ¿no es engendrar violencia y sembrar la injusticia en el orbe?; ¿qué diferencia existe entre la usurpación y otras manifestaciones violentas que conmueven al mundo y que son legítimamente condenadas y condenables?; ¿no deben ser los países que retóricamente propugnan la paz mundial, la vigencia del derecho internacional, la democracia como estilo de vidas y varios otros anhelos más, los primeros que deberían dar testimonio de lo que pregonan? La potencia usurpadora y los países que la apoyan se encontrarían en serios apremios éticos para responder estos y otros interrogantes.
Como cada año, recordamos a quienes ofrendaron su vida por defender una causa justa, aunque se cuestione la metodología utilizada. No olvidamos a los que lo hicieron llevados a sostener un propósito injusto. Para todos pedimos que la Paz del Señor esté con ellos y acompañe a sus familias.
Eduardo Spósito Secretario Honorario |
| Osvaldo Pérez Cortés Presidente |
| Norberto Rodríguez Secretario General |
