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miércoles, 29 de octubre de 2003

Misiones Solidarias junto al Pueblo Wichí 2001 y 2003

La Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA reivindica el carácter pluricultural de la República Argentina y promueve elrespeto de los derechos de los pueblos originarios. Trabaja en la sensibilización sobre las desiguales condiciones en los primeros habitantes de América, con vocación de incluirlos protagónicamente en un nuevo proyecto de nación.





En ese marco, durante los meses de enero de 2001 y de 2003, se han realizado misiones de trabajo y acercamiento a las comunidades Wichí de la zona del Bermenjo, en la Provincia de Salta. Estas actividades tienen por objeto el intercambio cultural, el servicio social y el desarrollo de un liderazgo que reconozca estos temas con la debida importancia, teniéndolos especialmente en cuenta a la hora de impulsar la agenda nacional.

Estamos en plena tarea de organización de la Misión Solidaria 2004, que se realizará durante el ya cercano mes de enero. Participarán en esta oportunidad seis miembros de la organización, cuya tarea principal será ofrecer capacitación a la comunidad de Dragones, a 110 Km. de la ciudad de Embarcación.

Esta actividad se hace posible con la importantísima cooperación deFundapaz, el acompañamiento económico solidario de personas sensibles a esta problemática que costean los pasajes, y el aporte de los propios participantes que se hacen cargo de los gastos de viaje.


RESUMENES DE LOS INFORMES DE LAS MISIONES A SALTA 2003 y 2001

Embarcación, 19 al 25 de enero de 2003

Panorama General
La zona del Bermejo no registra cambios visibles con respecto a la última Misión, realizada en el año 2001. Sí es necesario mencionar, que el ciclo de lluvias se adelantó este año, provocando la crecida del río, inundando los terrenos de varias comunidades y aislando algunas otras. Esto hizo que tomáramos contacto con una realidad que antes no habíamos observado: los evacuados, la pérdida de sus casas, herramientas, huertas... y un permanente volver a empezar. Cada vez que esto pasa, las autoridades los alojan en varias instalaciones municipales, como el polideportivo o la escuela, donde sobreviven en condiciones inhumanas hasta que el agua les permite iniciar la reconstrucción de sus vidas.

Consejo de Organizaciones Wichí
Un grupo de 14 comunidades de la etnia Wichí ha conformado esta agrupación de segundo grado, que tiene más de 10 años de trabajo. Su lucha es la reivindicación de los Derechos del Pueblo Wichí. Proceso lento que ansían poder trasladar a las nuevas generaciones. Trabajan dando capacitación para dirigentes de las comunidades, articulándose con otras organizaciones, privadas o estatales, de corte étnico, religioso, técnico, etc. Influyen -en la medida de sus posibilidades-, en la definición de políticas públicas, habiendo inclusive algunos de sus dirigentes, participado en la reforma de la Constitución Nacional del '94 y la Provincial del '96. Tienen como desafío en este sentido poder intervenir en la sanción de las leyes que hagan al real cumplimiento de esas declaraciones.
Enfrentan a diario el desánimo de sus comunidades. La pérdida de la identidad, sobre todo de aquellos que se han trasladado a barrios de Embarcación, que tienen problemáticas muy diferentes a quienes viven en el monte.
Manifestaron un especial interés por la información y el conocimiento. Tienen especial dificultad para obtener datos de primera mano, sobre todo los que se originan en el estado. Pareciera ser que algunas organizaciones más antiguas y bien relacionadas con el poder político se aprovechan de esa situación.
Poseen instalaciones propias en avanzado estado de construcción. Tiene espacio para reuniones y capacitaciones, en poco tiempo incluirá un albergue para aquellos que deben llegar a la ciudad por cuestiones de enfermedad o trámites. Esta necesidad se hace más fuerte tomando en cuenta que por una cuestión cultural, ante enfermedades se movilizan en familia.
Trabajan en el desarrollo de la mujer, que lentamente va aumentando su participación. Rosa manifestó claramente que su intención es poder "caminar al lado de los hombres, ni detrás, ni adelante". Para ello organizan instancias de capacitación, proyectos de producción, animación en las comunidades, etc. También manifestó como un problema importante para resolver, el abuso de poder en el intercambio de sus productos artesanales -que pueden llevar hasta un mes de trabajo-, con otros de mínimo valor comercial.
Asimismo, tomando en cuenta el momento actual de nuestro país, Valentín hizo mención al miedo que suele tener por amenazas -solo a veces veladas-, recibidas por su trabajo.

Comunidad
Este año hemos tenido la posibilidad de participar en forma más activa en el marco de una comunidad específica. La misma se denomina "Asamblea de Dios de Dragones". Se ubica a unos 500 metros del pueblo de Dragones -3000 hab-, a 110 kilómetros de la ciudad de Embarcación.
Esta compuesta por aproximadamente 700 personas, pertenecientes a 100 familias. 100 de ellos son niños en edad escolar.
La comunidad se ha organizado jurídicamente bajo la forma de Asociación Civil, con la denominación Nechehen, que en su lengua significa La Nueva Generación. Se encuentran asentados en tierras privadas, que reclaman por su derecho de comunidad originaria. Sus posibilidades son buenas debido a que las mismas tienen una deuda fiscal superior a su propio valor. La superficie reclamada es de 3.000 hectáreas de monte y peladar.
Se percibe claramente un marcado interés por progresar. Relacionan el mejoramiento de su calidad de vida y conservación de la identidad, con la capacitación, formación de sus hijos y articulación con otras organizaciones. Apuntan a lograr un relacionamiento con los criollos en una relación menos marginal
Los medios de subsistencia de la comunidad son: huerta, cría de chivos, recolección, subsidio para Jefas y Jefes de Hogar, y trabajos temporarios.
La comunidad cuenta con agua potable, centro comunitario, organización jurídica y mejoramiento de las condiciones para la subsistencia. En el pueblo cercano tienen acceso a la educación en sus tres niveles y a la salud básica. En ambos espacios padecen discriminación por su condición de indígenas. A modo de ejemplo, lentitud en el aprendizaje por no respetar los ritmos de su cultura, sumado a que el sistema bilingüe atribuido a la escuela sólo implica la contratación de traductores que luego, encima, cumplen tareas de cadetería.
Las comunicaciones no son malas. La propia comunidad cuenta con un teléfono celular para urgencias y en el pueblo hay teléfono público. El transporte resulta sumamente costoso. Ir y volver de Embarcación, donde deben realizar todo trámite, cuesta $ 15, suma desde todo punto de vista imposible de afrontar sin la cooperación de alguna organización.
La comunidad conserva aun sus conocimientos medicinales tradicionales.
Su historia esta muy vinculada al Fortín Belgrano, cuyos restos se encuentran a 7 Kms. del Centro Comunitario. Allí se localizó a fines del siglo XIX una avanzada en la conquista de la región.
En este momento están desarrollando la última etapa de un proyecto de desarrollo que incluye componentes de cría de animales, salón comunitario, artesanías, ladrillos, horticultura, provisión de agua potable.
El intercambio ha sido riquísimo para nosotros. Resulta imprescindible profundizar en este camino para que resulte provechoso para ambas partes.

Problemática
Las problemáticas más importantes que la comunidad menciona son: la propiedad de la tierra, la falta de capacitación sobre los derechos de los indígenas, organización comunitaria y formación dirigencial. Mencionaron muchas veces la discriminación como un obstáculo muy importante para el desarrollo de los mas chicos, especialmente en la escuela. Consideran que esto podría resolverse con una escuela dentro de la propia comunidad. Respecto de la salud, si bien la atención de las enfermedades está parcialmente cubierta, no hay a primera vista ningún tipo de acción preventiva.

Posibilidades de acción
Las posibilidades de acción se han clarificado aun más en esta segunda visita.
En el plano nacional, se fortalece la idea de constituir el Foro por los Derechos de los Pueblos Originarios. La construcción de un canal de comunicación directa con la comunidad de Dragones y con el Consejo de Organizaciones Wichí. Y en la medida en que ello sea posible, influir sobre el Gobierno Nacional para la fijación de políticas públicas de formación que respeten las diferencias culturales de los destinatarios.
En forma local, se hace viable la capacitación en derechos de los pueblos originarios, organización, jóvenes y liderazgo.

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Embarcación, enero 2001

Presentación
Esta pretende ser simplemente una aproximación sobre lo que compartiremos en este informe, expresando con la mayor claridad posible las razones que sustentaron el esfuerzo de realizar esta "misión de servicio".
Con la vista puesta en el ejemplo que nos dejó Nuestro Señor Jesucristo sobre la "grandeza en el servicio", buscamos imitarlo acercándonos por diez días a nuestras hermanas y hermanos Wichí para conocer y compartir algo de sus vidas diarias. "…tomando la condición de servidor…" (Filipenses 2:6-8).
Con esta visita quisimos hacernos "prójimos". No basta con tener la información sobre la vida condicionada a la que están sujetos otros hermanos, hay que hacerse "próximo". Luego uno experimenta que ser prójimo no se agota en diez días, se construye una relación creciente entre las personas que se involucran. Esto hace que sinceramente nos ocupemos de las necesidades del prójimo, lo que empuja a que la proximidad siga creciendo. Vimos los recursos disponibles, conocimos las necesidades, contamos con el "puente" y amistad de Fundapaz. El camino está abierto.

Introducción
Hasta fines del Siglo XIX, las comunidades Wichí del Gran Chaco habían tenido poco contacto con el hombre occidental. Algunas ni siquiera lo conocían y otras habían repelido sus intentos de conquista.
Sin tener idea que ciertos blancos, en 1853 los habían considerado salvajes y bárbaros de frontera a quienes había que "civilizar", los Wichí llevaban una vida nómade. Obtenían su sustento mediante la caza, la pesca y la recolección siguiendo circuitos estacionales. A veces a su paso sembraban algunos granos, que cosecharían a su regreso por la zona. De esta forma, se hallaban integrados a la naturaleza, obteniendo de ella lo necesario para la subsistencia, sin mediación de transformación por medio del trabajo y sin relación de dominio. No conocían la acumulación, más allá de algunos frutos de la recolección y para consumo familiar.
Se organizaban en grupos con base en el parentesco (clanes). No eran frecuentes organizaciones supragrupales, que solo se daban por alianza ante peligros externos. Y en sentido contrario, cuando en un clan surgían problemas de relación entre facciones internas, una de ellas simplemente se marchaba a un sitio más alejado. Sobraba espacio para ello en el Gran Chaco.
Al interior de estos grupos, el poder se obtenía mediante la aptitud para proteger y dar seguridad para la subsistencia. El prestigio estaba dado por el dominio de las formas de obtener el alimento, considerando tanto las técnicas como las relaciones mágicas que esta actividad implicaba. Cada fenómeno de la naturaleza, cada animal, cada persona tenía una relación mística con el resto. El que conocía esas relaciones y las utilizaba en beneficio del conjunto, obtenía el prestigio dentro de su grupo y con él, el poder. Era natural que cada recurso obtenido por cualquier miembro, era un recurso de la comunidad. Este reparto no era voluntario, no estaba en las facultades de quien lo había generado la posibilidad de decidir si lo compartía o no.
Los líderes guerreros surgían ante ataques de otros pueblos. Los líderes religiosos, en caso de enfermedades o desequilibrios en las relaciones mágicas entre las diversas entidades que conforman la naturaleza.
A mediados del Siglo XIX, en el marco del proceso de integración territorial de la Argentina, se aumentó enormemente la presión del mundo blanco sobre la vida de los Wichí. Menos famosa aunque igual de cruel que la masacre de Roca en el Sur del país, la campaña militar de Victorica en el Chaco incorporó grandes extensiones de territorio al dominio nacional.
Entre exterminio y sometimiento, la situación se volcó a favor de este último. El encuentro de ambas culturas en un marco de dominación blanca fue atroz. Los paradigmas y las representaciones culturales Wichí no encontraban correlato en la nueva cultura dominante. Diferentes cosmovisiones, diferentes instituciones y acorralamiento generaban relaciones sumamente violentas.
Paulatinamente se iban asentando colonias criollas y se producía el ingreso del capitalismo: ingenios, ferrocarril, obrajes madereros y plantaciones. El territorio había sido reducido y lo que no era del Estado Nacional, ya había sido entregado a manos privadas. Los Wichí eran mano de obra casi esclava dentro de este modelo.
Durante la primer mitad del Siglo XX, el interés de la sociedad dominante toma forma integracionista. La nueva consigna es hacer del indígena, un "civilizado". En este marco, entre otras acciones se facilita la creación de misiones. Las misiones ofrecían mejor calidad de vida a cambio de perfeccionar la adaptación al modelo de la sociedad dominante. A pesar de esto y de que muchas veces los indígenas eran forzados militarmente a integrarse a las misiones, la presencia de los misioneros alivió la tensión intercultural al transformarse en nexo entre los dos mundos. Sus guerreros habían sido vencidos, sus chamanes no habían podido con las nuevas enfermedades, ni habían encontrado las formas de explicar y dominar los nuevos fenómenos que producía la presencia del blanco. En cambio los misioneros sí podían darles las explicaciones que en ese momento necesitaban.
Los Wichí, impedidos de realizar sus circuitos de caza y recolección tradicionales, pues la tierra había sido parcelada, y comprendiendo un poco mejor los nuevos paradigmas introducidos por los blancos, desarrollaron nuevos circuitos en los que cazaban (situación que perdura en nuestros días) "changas" o "jornales" y recolectaban "subsidios" y "donaciones".
Durante la segunda mitad del Siglo XX, se crean algunos programas dirigidos a facilitar el ascenso social de los indígenas. Este proceso se impulsa siguiendo la teoría liberal de la movilidad social mediante la educación y el trabajo. Se asumen posiciones desde el estado a favor del indígena y se les reconoce la propiedad sobre algunas extensiones de tierras.
Ya sobre la última fase del Siglo XX, se logra la reconceptualización de su identidad diferenciada, considerándolos poseedores de saberes, costumbres, y tradiciones respetables. Se aceptan convenciones internacionales, se reconoce su identidad jurídica y finalmente en 1994, la Constitución Nacional reconoce su preexistencia étnica a la nación promoviéndose eventos tendientes a la valorización de las tradiciones indígenas dentro de la sociedad nacional. Se trabaja para articular las culturas indígenas dentro del marco pluricultural de la Nación.
En los próximos años deberá promoverse la transformación del sistema jurídico para que cumpla con lo ordenado por la Constitución Nacional. También será necesario afirmar su identidad y construcción cultural y mejorar su participación y protagonismo en los procesos propios e inducidos.

Nuestra experiencia
Nos insertamos durante diez días en el equipo de trabajo de Fundapaz, con sede en la Ciudad de Embarcación. Este equipo acompaña y asiste técnicamente desde allí a las comunidades Wichí de la zona del Río Bermejo. Hemos tenido la oportunidad de tener un contacto alrededor de ocho horas diarias con estas comunidades, más cuatro horas diarias con el propio equipo. Esta enorme predisposición nos ha permitido profundizar sobre la problemática de la zona en general y del pueblo Wichí en particular.
Al principio no ha sido sencillo para los indígenas comprender el motivo por el cual nos acercábamos, sobre todo tomando en cuenta que no portábamos ninguna cosa material de las que ellos tanto necesitan. Al cabo de los días, el diálogo intercultural desde un plano de humildad e intención de aprendizaje, fue clarificando a algunos de sus dirigentes el motivo de nuestra presencia en el sector, que ha sido bien vista por las comunidades, pues encontraron en la Asociación un posible nuevo aliado en su camino de reivindicaciones.
Las comunidades visitadas son: Misión Salim (30 Km de Embarcación), Carboncito (40 Km), Misión Chaqueña (54 Km), Congregación Wichí de la Ruta 81 (55 Km), La Golondrina, Los del Medio y La Paloma (68 Km), Dragones (92 Km) y otras cercanas a la ciudad, como Fiscal 75 (1 Km) y Misión Franciscana, dentro del área urbana.
Hemos podido observar que ya iniciado el Siglo XXI, y aún dentro del marco jurídico bastante desarrollado que se ha descripto en el punto anterior, los Wichí de la zona de Bermejo apenas sobreviven en condiciones de extrema pobreza y degradación.
Existen grandes diferencias entre las comunidades con más años de existencia, la mayoría trabajadas en forma de misión hace muchos años, con las comunidades más recientes.
En el caso de las primeras, existen algunas casas de material, e inclusive, como es el caso de Misión Chaqueña, cuenta con escuela primaria y secundaria, almacén, fábrica de muebles, organización de artesanos, sala médica y Centro Tecnológico Comunitario. Las segundas solo están constituidas por chozas, a veces de adobe, otras veces de cartón y chapa y algunas son simples enramadas que tienen nylon a su alrededor a modo de cortina/pared.
En todo los casos están prácticamente desamobladas, llegando a dormir en las más pobres grandes y chicos sobre cuero de algunos animales de la zona. Los baños son de tipo letrina o directamente al aire libre.
Las chozas estaban agrupadas de a 3 ó 4 de acuerdo a cada familia (padres, hijos, tíos, abuelos).
El agua es un bien muy escaso, se requiere de bombas para poder extraerlo de las napas subterráneas.
Las estrategias para obtener el sustento son las siguientes:
1. Caza, pesca y recolección (limitada a extensiones territoriales relativamente pequeñas, tomando en cuenta sus circuitos tradicionales).
2. Cría de pequeñas majadas de animales como cabras, ovejas, algunos cerdos y gallinas.
3. Cultivo de hortalizas y cereales en pequeñas parcelas.
En los tres casos y en diversa proporción, se usan principalmente para autoconsumo y en mucha menor medida para venta y trueque.
4. Producción de artesanías y carbón, trabajos en carpintería.
5. Trabajos fuera de la comunidad en changas y otras actividades temporarias.

En muchos casos, los grupos se encuentran estimulados lo suficiente como para comprometerse en el desarrollo de proyectos, que en su mayoría tienen un componente de capacitación y estímulo a la participación, y un componente productivo. Generalmente estos proyectos tienen relación con huertas, reforestación y cría de pequeños animales, principalmente chivos y cabras. El rol de Fundapaz en este sentido es sumamente valorado por los destinatarios, quienes nos han reconocido que son los primeros que cumplen con lo que proponen, y que tienen malos recuerdos, sobre todo de los políticos. En la comunidad de Carboncito, han logrado un proyecto de estas características solo de mujeres.
A pesar de que los Wichí han abrazado el Cristianismo, pudimos observar que este está sumamente mezclado con sus creencias originarias, aunque estas tienen hoy forma de mitos. Participamos una noche de un fogón con cuatro representantes de distintas comunidades. Allí escuchamos historias mitológicas y anécdotas como por ejemplo la del "Viborón" (Lewuk), ser mitológico que vive debajo de la tierra cuya respiración forma el Arco Iris. Cuando se enoja, produce tormentas fuertes y pasajeras.
En otro caso emblemático, uno de los dirigentes de la Comunidad Wichí Ruta 81, Dino Salas (Nimantepej) nos solicitó el envío de un misionero. Se expresaba con tanta vehemencia sobre la necesidad de una figura con esa fuerza simbólica, que se percibía claramente su clamor por un interlocutor con el mundo blanco. Nos decía: "cuando va uno de nuestros caciques a hacer una solicitud, le dicen que si que si, y después no pasa nada, cuando va un criollo, la cosa es diferente".

Reflexión final
Después de las experiencias resumidas anteriormente, que jamás podrán dar cuenta cabal de la realidad vivida, pues quienes escribimos esto no tenemos palabras para describirla, nos animamos a expresar algunas ideas para el futuro.
Aun cuando no nos sentimos en condiciones de realizar asistencia y renegamos ideológicamente del asistencialismo, creemos necesario responder a algunas de las necesidades concretas que pudimos observar. Esto como una forma de demostrar nuestro interés para con nuestros hermanos del norte sin olvidarnos de que el objetivo principal es a más largo plazo, en el allí allende, difundiendo, colaborando en el entretejido de una sociedad argentina más equitativa, justa y solidaria.
Un referente de la Congregación Wichí nos dijo: "Han encontrado leña para su fogón, ahora deben revivir las brasas", las brasas son los ricos saberes que quieren compartir con nuestra cultura. Hay que avivar las llamas y comprender mejor el cuidado e integración con la naturaleza, la solidaridad, la distribución. La leña son ellos mismos que quieren aprender de nuestra cultura porque es el contexto, la realidad que viven, muy distinta a la de sus antepasados, pero ineludible.
Así luego de charla y mate nos confiaron en algunos casos y vivenciamos en otros, algunas cosas que podemos acercarles para hacer más llevadera la lucha diaria por sobrevivir:
En el ámbito de la salud son necesarios: nebulizadores, equipo de curaciones, medicamentos como antiinflamatorios, antibióticos y vitaminas, folletos sobre educación para la salud, videos educativos de distinta índole.
Para el Centro Tecnológico Comunitario todo tipo de insumos para computación: papel, cartuchos de tinta, etc.
Y en general ropa, principalmente calzado. También nos pidieron revistas de cualquier tipo, aunque sean viejas, en el monte es difícil conseguirlas y les gustaría tenerlas para entretenerse durante las largas horas agobiantes de sol que lo único que se puede hacer es "resistirle al calor".
Para concluir, creemos que es necesario agradecer a Dios. Agradecemos las largas horas de sol y ripio en la caja de la camioneta. Agradecer por la piel quemada. Agradecer por la ropa y el calzado que no resistió. Agradecer por la sed y el hambre de los medio días lejos de cualquier lugar donde "comprar" alimento. Agradecer por la convivencia. Agradecer por el compromiso palpado en el equipo anfitrión. No queda nada más que agradecer por poder volver y rogar por no poder olvidar.

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