La solidaridad activa, la que se practica con sensibilidad y no como una obligación moral o basada en la necesidad de atemperar el clamor de nuestras conciencias, está íntimamente vinculada con el voluntariado. Ser voluntario es hacerse carne del problema del otro y de participar de la búsqueda de la solución.
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Autor: Norberto Rodríguez. Publicado en la edición del Sáb 21/feb/04 del diario La Nación
El voluntariado es una fenomenal herramienta para estrechar lazos, crear un sentido de auténtica comunidad y promover la responsabilidad social. Ahora bien, el genuino ejercicio del voluntariado no es aséptico ni descontextualizado. Se expresa en medio de una realidad determinada, tiene que desarrollar el espíritu crítico y fomentar propuestas que contribuyan al proceso de transformación social.Para acelerar los cambios de paradigmas, indispensables para ahuyentar de la Argentina el fatalismo de las expectativas disminuidas, resulta imperativo rescatar la utopía de vivir en el marco de los valores humanos fundamentales: amor, paz, justicia y solidaridad. El voluntariado, en esencia, concentra estos valores y los hace visibles a través de la acción.
Conviene hacer una distinción no menor: hablar de voluntariado no es asimilable al voluntarismo. Este último suele ser espasmódico, pasajero y generalmente no parte de una convicción profunda del deber con el prójimo y la sociedad. El voluntario emerge de una vocación, se funda en el compromiso y se prepara constantemente para servir mejor.
Sería deseable, en modo especial en el nivel educativo medio, incluir en la curricula el voluntariado. Ayudaría a construir esa comunidad fraterna que demanda la salida de la formidable crisis moral y material que nos arrastra hacia un horizonte no deseado.
El voluntariado es sinónimo de Liderazgo. El líder es el voluntario que a la vocación le suma una adecuada preparación para ejercer su rol en todos los ámbitos de su quehacer social. El voluntariado no es paternalista y quienes lo practican tienen la responsabilidad de generar efectos multiplicadores. Finalmente, el voluntariado es una forma de tender la mano para extender la vida.
