Considera justo destacar que la promotora constante de la YMCA fue su esposa. Norma, de niña, había sido asociada de la sede Central en la calle Reconquista. Él se consideraba reacio a los “clubes” y nunca había participado en ninguno....excepto para ver el fútbol. Además de eso había que pagar una cuota de ingreso. Pero, como señala el conocido dicho: “donde manda capitán …” Su participación en los primeros años se centró en acompañar las actividades de sus hijos. A partir de ellos comenzaron a surgir nuevas inquietudes por conocer del "todo" a la institución.
Con la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA la vida familiar tuvo un vuelco: hubo una participación social mas activa, conocieron otros modos de vacacionar y sus hijos a sentirse atraídos por las actividades deportivas y campamentiles. Esto, entre otras cosas, lo llevó a convencer a las autoridades de la Escuela Ntra. Sra. De Lourdes de Flores a realizar los viajes de fin de curso de la sección primaria en los campamentos de la YMCA. Su hija Luciana participó del Curso de Liderato de la Asociación y colaboró durante varios años en distintas actividades institucionales.
Los centros turísticos posibilitaron a la familia cultivar un sinnúmero de amistades. Si bien algunas de las conocidas en los primeros tiempos ya se han alejado de la institución, otras han quedado muy arraigadas y con ellas mantienen un vínculo íntimo. Reconoce que especialmente en Ymcamar (centro turístico de la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA en Monte Hermoso) se les abrió socialmente el horizonte, recordando con nostalgia los famosos corsos oficiales de la ciudad en época de carnaval (donde la carroza del campamento siempre estaba presente), la comunidad playera, los amaneceres y puestas del sol.
Así, con esas “activas” actividades comenzó a participar como colaborador voluntario en la Comisión de Niñez de la sede Parque. Y desde entonces no se pudo despegar más. Siguieron la Comisión Directiva de dicha sede y luego la Comisión Directiva Metropolitana y comités del Directorio. Alcanzó la condición de socio activo, el primero como tal con origen en la sede Parque. También fue representante de la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA en la Federación de Entidades del Parque Almirante Brown, ocupando el cargo de vicepresidente. Sigue siendo un asiduo concurrente a las actividades socioculturales y educativas de la Asociación,
Ser un colaborador voluntario de la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA conlleva una ardua tarea, pero a fuerza de empuje se pueden lograr muchas cosas buenas para la comunidad y para uno mismo como persona interesada en potenciar el atributo de la solidaridad. Seguramente se alcanzan menos objetivos de los que se desean, pero más de los que otros esperan.
Finaliza redondeando el tema voluntariado: las características de nuestra institución permite, si uno así se lo propone, participar de una dinámica que ayuda al crecimiento personal y a afianzar y difundir la presencia de la YMCA en el medio. Esta es una hermosa propuesta y un excelente desafío para quien la quiera asumir. “No es frecuente disponer de una oportunidad así; en la Asociación Cristiana de Jóvenes/YMCA la tenemos” concluye e invita a sumarse a esta aventura.